No hay ningún lugar al que llegar ¡Ya estás ahí!

No hay ningún lugar al que llegar ¡Ya estás ahí!

Probablemente ya lo habrás oído: «Caminante, no hay camino, se hace camino al andar». ¿Te lo crees? Entonces, ¿a qué viene todo ese alboroto?

Unos cuantos recordatorios:

  • Respira. La respiración artificial no sirve. Expande los pulmones hasta su máxima capacidad. Inténtalo ahora. ¿Sientes ese cosquilleo? A eso se le llama estar completamente vivo.
  • Mastica más despacio. Aprende un poco más acerca de los beneficios de comer más despacio. Descubre cómo sabe la comida de verdad. Deberías, porque, al fin y al cabo, ¡le estás pidiendo que se convierta en parte de ti! 
  • Observa. No te limites a ver, observa. No te limites a oír, escucha. Sólo cuando bajas el ritmo eres capaz de percibir los matices sutiles de las sombras y sonidos.

Mantente presente. Vivir en el futuro es una opción arriesgada. Acelera el envejecimiento y te pierdes el regalo del presente.

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