Muchas personas creen que la quiropráctica es cuestión de huesos, especialmente de los huesos de la columna vertebral. Pero de hecho, estamos mucho más interesados en los nervios, en particular, en los mensajes nerviosos que circulan entre el cerebro y el cuerpo.
Mensajes reguladores
Cualquier tipo de interferencia puede distorsionar o perturbar la integridad de los mensajes reguladores y de control, que envía el cerebro. El resultado de ello puede ser una salud precaria.
Los “culpables” habituales son los 24 huesos móviles de la columna vertebral que cubren la médula espinal. Si los huesos de la columna vertebral pierden su movilidad o posición normal, el resultado puede ser la irritación de los nervios que se encuentran alrededor. Puesto que el sistema nervioso controla cada célula, tejido, órgano y sistema del cuerpo, el cuidado quiropráctico puede ser de gran ayuda en una amplia variedad de problemas de salud.
Tal vez conozcas a alguien a quien le han dicho que “todo está en su cabeza”, o que tendrán que “aprender a vivir con ello”. O aún peor, ¡alguien que piense que se le están acabando los relajantes musculares! Envíanoslos.
