Sopla la vela tú solo

Sopla la vela tú solo

No llamarías a los bomberos para que apagaran una vela, ni a un electricista para cambiar una bombilla. Éstas son tareas sencillas de las que puedes ocuparte solo.

No obstante, las personas llaman a diario a un especialista o experto para que solucione un problema del que su «doctor interno» también podría fácilmente ocuparse.

Tal vez sea falta de comprensión, miedo a lo desconocido o la preocupación de que pudiera tratarse de algo que supusiera un riesgo vital.

Los excesos

El exceso es la norma en el entorno médico hoy en día. Un exceso de pruebas, un exceso de diagnóstico, un exceso de tratamiento… y todo se hace en nombre del rigor. En realidad, lo único que se consigue es generar miedo en los corazones de la gente que sólo necesita oír la verdad.

El mayor desafío que tenemos como quiroprácticos es ayudarte a ver lo poderoso que eres en verdad. ¡La misma inteligencia que sostiene la totalidad del cosmos te sostiene a ti también! En el caso poco frecuente de que tengas un problema de vitalidad que requiera de ayuda externa, ten por seguro que la tendrás ahí. Entretanto: detente, toma una respiración profunda y relájate.

Si tu sistema nervioso está libre de interferencias, tu cuerpo es capaz de «soplar la vela» solo.

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